Tras la mesa

La plataforma digital Tras la mesa descubrió la cocina de La Casita de El Pradal y esta es su opinión:

TRAS-LA-MESA-La+casita+del+Pradal

Ubicado en un esquinero chalet de ladrillo en las inmediaciones de Arturo Soria se presenta la última propuesta del grupo El Pradal. Hosteleros conocidos para los buenos aficionados por su restaurante de nombre homónimo que tan buena fama se ha forjado desde San Sebastián de los Reyes. Si existe una apuesta firme de este grupo esa es la del producto de calidad y en esta, su nueva casa, no ha variado ni un ápice. Carnes y pescados servidos por algunos de los mejores proveedores del mercado consiguen poner en el plato de los comensales rodaballos, merluzas o chuletas añejas de alta exquisitez.

     Varias zonas diferenciadas dentro del espacio configuran una oferta gastronómica disponible desde la mañana hasta la noche. Una barra de pinchos y buenas referencias en vermuts en planta baja para el aperitivo, mesas amplias para picar a cualquier hora, el restaurante a la carta con un estilo más formal e incluso una terraza en la azotea. Espacio éste que sin duda prestará un gran servicio en las calurosas noches de verano.

     Si el producto y la cocina de mercado son las principales señas de identidad de El Pradal, en esta nueva casita se abren unas licencias a la fusión, principalmente de base peruana, que crean un resultado de enorme interés y novedad. Mientras que una buena parte de la carta permite optar por elecciones más tradicionales en las que disfrutar de lo mejor del buen producto, existe también una serie de platos seleccionados para los comensales más aventureros que aportan notas contemporáneas de gran valía. Una oferta variada que permite convivir en la misma mesa a paladares heterogéneos, hecho no demasiado habitual en el panorama gastronómico.

     Como aperitivo de bienvenida un cangrejo de concha blanda frito en tempura y acompañado de una ligera ensalada de quinoa y tomate. Acertadas notas picantes que surgen de una condimentación realizada a base de ají amarillo en un snack inicial de mayor relevancia de lo que suele ser habitual. Bocado introductorio en la escalada de sabores picantes que estaba por venir. A continuación un ceviche de alta intensidad (siempre y cuando se aclare que uno no tiene reparos) que cuenta con los elementos justos, a la vez que necesarios, para conseguir un resultado como mandan los cánones. Excelente elaboración sin innecesarios complementos. Uno de los mejores ceviches que recuerdo haber probado en Madrid y una puerta en el tiempo que transporta a las remotas tierras peruanas.

     En este recorrido por las posibilidades de la tradición mediterránea y la fusión peruana aparece una magnifica y sabrosa menestra de borraja con leche de tigre amarilla y almejas. Una buena muestra de que los platos saludables no tienen porque suponer una renuncia al sabor. Los principales mantienen un nivel alto y debido a la calidad del producto, este se muestra más desnudo que en los primero. Un delicioso pulpo al carbón, quizás uno de los platos más recomendables de toda la carta. También destaca el lomo de atún que se pasa ligeramente por la parrilla. En el final de la parte salada el que sin duda fue el mejor plato de la velada, un maravilloso solomillo con mantequilla, soja, romero, chile rojo y cebolla morada que presentaba una carne tierna y jugosa con acertados contrapuntos de la mano del aderezo.

     El servicio de sale exhibe oficio y buenas maneras, de la misma forma que el servicio de vino. Gusto y buena selección de referencias que escapan de los nombres más habituales. Como tónica general unos precios muy comedidos que permiten acompañar las comidas de botellas que estén a la altura. Los postres no desentonan, buen recuerdo para una tarta de queso con pesto dulce, tomate y vainilla servida con una cuidada presentación.

     La casita del Pradal muestra mimbres de propuesta a largo plazo con una decidida vocación por afianzar los elementos realmente importantes de cualquier restaurante, servicio, producto y cocina. Una casa a la que seguir muy de cerca mientras se disfruta por el camino.

Dirección:

Calle de Belisana, 17, 28043 Madrid

Enlace a la noticia

, ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad